En las 21 entregas anteriores James Bond debió enfrentarse a poderosos enemigos y organizaciones que amenazaban cual más cual menos la paz y el orden mundial, con recursos inimaginables y en suntuosos escenarios que daban cuenta de su poder y maldad, pues bien eso hasta ahora, porque en Quantum of Solace, es por venganza, por amor. La critica global y particularmente la de los amantes de las aventuras del super agente británico no se han hecho esperar; sobrecargada de acción (Sir Roger Moore la definió como muy violenta) pero con una edición magistral, a medida que avanza la cinta va dejando entrever su alejamiento del estilo clásico, su sello, que la vio nacer en 1962 , y es que 007 es tal; si se presenta con su particular y universal...My name is Bond..James Bond, si usa sus infaltables e inolvidables "gadgets" (proveídos por el inmortal "Q"), si coquetea con la secretaria de Universal Exports Moneypenny, si enamora a cuanta chica Bond se le pone en frente, si bebe su clásico vodka martini, si con cierto sarcasmo y picardía enfrenta y sale de situaciones incomodas o embarazosas (en los que Connery, Moore y Brosnan eran expertos), pues bien, nada de esto ocurre con Daniel Craig en Quantum of Solace. Es más, es una secuencia de Casino Royale, y si alguien no la vio, poco entenderá de lo que ocurre en la pantalla, y cuales son las motivaciones que llevan a Bond a este espiral de violencia surrealista, alejándose del mito y acercándose casi peligrosamente al comic, en donde al "malo" le faltó un poco de fuerza interpretativa y cuyo interés es quedarse con el agua de una parte de Bolivia, en desmedro de tantas bombas atómicas y conquistas del espacio que su predecesores nos prometieron a raudales y nos hacían temblar en la butaca. En fin, una vez más los aspectos técnicos son destacables así como las locaciones y la entrega física de Craig, no así la banda sonora que quedará rápidamente para el olvido. En perspectiva, quizá lo mejor es que por primera vez (y quizás la última) la saga Nº 22 se filmó en Chile, colocando a nuestro país en el circuito internacional de las grandes super producciones. Creo que los productores deberán tomar nota para la próxima entrega. Cuando Ian Fleming concibió el personaje lo vistió de atributos y características que lo hicieron universal, el agente 007 se convirtió en un icono y como tal deberá permanecer, de lo contrario en el futuro estaremos en precensia de una muy buena película de acción, y eso mis amigos a quienes vibramos con el culto a la saga, decididamente nos deja atónitos, perplejos y con un dejo de tristeza.
Por Luis Grandón Toledo